La GENIUS Act (por sus siglas en inglés), o “Ley de Orientación y Establecimiento de la Innovación Nacional para las Monedas Estables de EE. UU. de 2025”, fue presentada por un senador republicano a inicios del año 2025. Su objetivo principal es establecer un marco regulatorio específico para las monedas estables respaldadas por el dólar estadounidense. Estos activos virtuales han sido ampliamente utilizados en el ecosistema blockchain, inicialmente como una forma de mitigar la volatilidad de las criptomonedas, y actualmente aspiran a convertirse en el principal medio de pago digital. La aprobación de la GENIUS Act representa un nuevo intento de la administración estadounidense por consolidar al país como la capital mundial de las criptomonedas. Esta iniciativa se suma a otras disposiciones legales impulsadas por el presidente Trump en 2025 a favor del ecosistema cripto, como la constitución de una reserva estratégica de criptomonedas, que ya analizamos anteriormente.
En la actualidad, el proyecto ha sido aprobado por el Senado y se encuentra en la Cámara de Representantes, a la espera de las discusiones finales para su eventual promulgación por el presidente Trump. Debido a la presión política y económica que rodea esta propuesta, se espera que sea aprobada durante el año 2025. En este contexto, muchos países de la región, instituciones financieras privadas y organismos internacionales han comenzado a cuestionarse cuáles podrían ser los efectos concretos de la entrada en vigor de esta ley.
Actualización:
La Ley GENIUS fue aprobada por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos el 17 de julio de 2025. Al día siguiente, y de manera sorpresivamente rápida, el presidente Donald Trump la firmó durante una conferencia pública, acompañado por directivos de las principales compañías de activos virtuales.
Con esta firma, Estados Unidos establece por primera vez un marco legal integral para la emisión y uso de monedas estables respaldadas en dólares, marcando un hito regulatorio que influirá significativamente en la evolución del sistema financiero digital global.
Desde el punto de vista tecnológico, los principales emisores de stablecoins ya cuentan con una amplia experiencia en el mercado. Sin embargo, la GENIUS Act les otorgará un respaldo legal que no solo les permitirá operar con mayor certeza jurídica, sino que además fomentará la aparición de nuevos emisores autorizados, incluyendo bancos, fintechs e incluso grandes empresas tecnológicas.
Ante este panorama, surgen inquietudes específicas para el caso guatemalteco: Guatemala no cuenta actualmente con una preparación académica, pública o privada, suficiente en materia de activos virtuales. Tampoco existen disposiciones normativas específicas que regulen el uso de estos instrumentos en el marco jurídico nacional. A pesar de ello, el uso de monedas estables es ya común en el país. Sumado a lo anterior, Guatemala mantiene una alta dependencia del dólar estadounidense, por lo que la eventual aprobación de la GENIUS Act podría facilitar e intensificar la circulación de stablecoins dentro del territorio nacional.
Antes de tomar conclusiones o proponer acciones concretas, es indispensable analizar el contenido principal de la GENIUS Act y sus posibles implicaciones para el país.
Contenido
El proyecto de ley denominado “GENIUS Act” está conformado por 16 secciones. En sus primeros apartados se abordan definiciones clave, incluyendo lo que la legislación estadounidense entenderá por activos digitales, monedas estables de pago, emisores de monedas estables, emisores no bancarios, entre otros. Uno de los aspectos que genera mayor expectativa es la posible autorización de emisores no bancarios para la emisión de monedas estables vinculadas al dólar. Es ampliamente conocido que los principales emisores actuales —como Circle o Tether— son entidades no bancarias. Si la GENIUS Act es aprobada, es probable que, además de los emisores tradicionales, bancos y otras instituciones financieras comiencen a emitir sus propias versiones de monedas estables. Asimismo, grandes compañías tecnológicas —como plataformas de redes sociales, comercio electrónico o mensajería— podrían buscar convertirse en emisores, o al menos incorporar billeteras de stablecoins en sus servicios, facilitando pagos y transferencias entre sus usuarios. Esta idea no es nueva: en 2018, Facebook anunció su intención de lanzar una moneda estable llamada Libra, proyecto que enfrentó fuerte oposición política. No obstante, si la GENIUS Act entra en vigencia, existirán rutas legales para que estas compañías implementen monedas estables respaldadas por el dólar. Este escenario plantea inquietudes importantes, ya que una adopción masiva de stablecoins a través de plataformas digitales de alcance global podría impactar significativamente a países con alta dependencia del dólar estadounidense, como Guatemala.
La GENIUS Act establece que solo los emisores debidamente autorizados podrán colocar monedas estables en el mercado estadounidense, con el objetivo de garantizar su estabilidad y permitir una supervisión efectiva. Como consecuencia, la ley contempla fuertes sanciones penales y económicas para quienes incumplan. Entre los requisitos para obtener autorización como emisor se incluyen:
- Comprobación de reservas.
- Prohibición de rehipotecar los activos de respaldo.
- Publicación periódica de informes financieros auditados.
- Transparencia hacia los usuarios.
- Requisitos de capital, liquidez y gestión de riesgos.
En cuanto a las reservas, se permite el respaldo con una amplia variedad de instrumentos financieros, desde dólares depositados en entidades reguladas hasta títulos de deuda pública estadounidense. Esta flexibilidad es valorada por algunos como una mejora frente a la opacidad de ciertos emisores actuales; sin embargo, también puede ser vista como polémica, dado que amplía el rango de activos aceptables como respaldo, lo que podría generar dudas sobre su liquidez real. El proyecto también asigna competencias específicas a organismos federales y estatales para la supervisión de los emisores, incluye disposiciones para la protección de los usuarios, promueve la interoperabilidad entre monedas estables y sistemas de pago tradicionales, y aborda temas de infraestructura regulatoria.
Cabe destacar la sección 11, que se dedica al estudio de las monedas estables algorítmicas, pero no las regula, es decir, aquellas que intentan mantener paridad con un activo sin contar con reservas garantizadas. Esta categoría ha sido especialmente controversial en el mundo de las finanzas descentralizadas (DeFi), donde algunos proyectos han tenido consecuencias devastadoras, como fue el caso de Terra-Luna.
La sección 14, por su parte, establece que las monedas estables no serán consideradas valores ni materias primas, y modifica la legislación financiera de EE. UU. para evitar su tratamiento como tales.
Una de las secciones más relevantes para países como Guatemala es la sección 15, que aborda el impacto internacional de las monedas estables. Aunque cualquier persona en el mundo puede acceder y utilizar stablecoins que representen dólares, euros u otros activos, la regulación estadounidense busca establecer acuerdos recíprocos o bilaterales con jurisdicciones extranjeras que adopten marcos regulatorios sustancialmente similares al de EE. UU. El objetivo es facilitar la interoperabilidad y promover una armonización internacional. La Reserva Federal y el Departamento del Tesoro serían los encargados de implementar estas relaciones. Este enfoque llama la atención, ya que, según nuestros análisis actuales, son pocos los países latinoamericanos con normativas comparables a la GENIUS Act. Algunos ejemplos aislados podrían incluir a El Salvador, por su adopción temprana de criptoactivos, o Bolivia, que recientemente modificó su postura prohibitiva frente a las monedas estables ante crisis monetarias internas.
Ante este panorama, Guatemala podría verse presionada —directa o indirectamente— a emitir regulaciones que permitan la circulación ordenada y controlada de monedas estables. Esta tendencia podría derivar en cuestionamientos legítimos sobre la soberanía monetaria, especialmente si el uso masivo de stablecoins en plataformas digitales llega a ser de uso común.
Genius Act: Implicaciones para Guatemala
La aprobación e implementación de la Genius Act en los Estados Unidos podría generar impactos significativos e incertidumbres para Guatemala, especialmente al considerar las siguientes variables:
- Guatemala carece de educación financiera digital generalizada.
- No existe un marco regulatorio específico sobre activos virtuales o monedas estables.
- El país mantiene una alta dependencia del dólar estadounidense, especialmente por el envío de remesas.
- Una gran parte de la población permanece no bancarizada, aunque muchos son usuarios activos de redes sociales.
- Existe una circulación considerable de monedas estables vinculadas al dólar, particularmente en operaciones P2P.
Efectos esperados:
Si las grandes compañías tecnológicas integran billeteras de monedas estables accesibles a guatemaltecos, esto podría facilitar aún más el acceso digital al dólar. Un efecto potencialmente positivo sería la democratización del acceso a herramientas financieras modernas, aprovechando beneficios clave de la tecnología blockchain, como la reducción de costos de transacción, rapidez en los pagos y eficiencia en el envío de remesas.
Actualmente, en Guatemala predomina un conocimiento empírico y superficial sobre blockchain, activos virtuales y monedas estables, debido a la falta de instituciones académicas especializadas. La incursión de compañías digitales globales podría acelerar el aprendizaje ciudadano, desplazando la intervención estatal y de actores tradicionales.
Sin embargo, ante la ausencia de regulación, la consolidación del uso de stablecoins podría generar múltiples incertidumbres, como:
- La falta de claridad sobre el rol de las entidades públicas en la fiscalización de emisores o plataformas de stablecoins.
- Riesgos para los usuarios y consumidores, quienes podrían ser vulnerables a estafas, fraudes o esquemas delictivos.
- Dudas sobre el tratamiento técnico y legal de transacciones sospechosas vinculadas con lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
Actualmente, el uso de activos virtuales en Guatemala se encuentra en una zona gris legal, donde predomina la interpretación jurídica para justificar su utilización. ¿Cuál es entonces el tratamiento legal de las monedas estables en el país? Desde nuestra perspectiva, lo desarrollamos en el artículo: “Monedas estables (Stablecoins) en Guatemala: ¿Son legales o ilegales?”, en el cual exponemos nuestro análisis y postura al respecto.
Conclusiones:
- La Genius Act no debe interpretarse como una ley exclusivamente interna de EE. UU., ya que sus efectos podrían impactar profundamente en los sistemas de pagos digitales a nivel global.
- Guatemala debe priorizar la educación financiera digital, tanto en el sector público como privado, como un paso fundamental.
- Se vuelve urgente el desarrollo de un marco regulatorio claro y progresivo sobre activos virtuales, incluyendo monedas estables, que permita equilibrar innovación, protección al consumidor y prevención de ilícitos.
Actualmente, en el Congreso de la República de Guatemala existe una comisión que discute en fases iniciales la regulación de activos virtuales. Si bien ya se ha presentado un proyecto de ley, aún existen distintas posturas al respecto. Como participantes invitados en dicho proceso, sostenemos que la regulación debe incluir requisitos para emisores de activos virtuales, especialmente de stablecoins, y contemplar incentivos fiscales que fomenten el intercambio de estos activos por la moneda nacional, el Quetzal.
